Porque ambas formas de sueños activan nuestros aspectos personales positivos,
contribuyen a que se desplieguen nuestros potenciales, nos ayudan a
hacernos más conscientes de nuestros propósitos, nos descubren
nuestras fortalezas miedos, etc. favoreciendo que nos sintamos más completos y autorrealizados y, por todo ello, son una fuente
generadora de satisfacción y alegría. Igualmente también nos proveen e bienestar y plenitud porque elevan sobremanera nuestra Autoestima, fundamental para nuestra felicidad y son una gran fuente de Autoconocimiento. En
mi larga experiencia en la interpretación y trabajo con los sueños oníricos he podido constatar cómo nuestra mente, a través de los sueños y sus mensajes, nos envía constantemente pistas e información para guiarnos y llevarnos más cerca de conseguir y materializar nuestros anhelos y deseos personales.
Cuántas veces estando inmersos en el desarrollo de un propósito, en la materialización de una idea, un proyecto, etc. llegamos a momentos en los que no sabemos muy bien por dónde continuar, cómo seguir desarrollándolo, porque nos notamos sin inspiración, saturados o confundidos, entonces, los sueños oníricos pueden ser una magnífica ayuda para facilitarnos nuevas ideas, otros enfoques, y así orientarnos y darnos nuevo impulso o motivación para continuar modelando nuestro deseo hasta su culminación.
No olvides cada día hacer algo por tus sueños... sentirás que estás más cerca de ellos. |